domingo, 31 de agosto de 2014

El Combate Final



conquista_de_mexico / Ilustración: Leonid NepomniachiLa conquista de México enfrentó dos formas diferentes de concebir el universo. Fue el encuentro de dos intenciones, de dos distintos modos de pensar, de dos sociedades que tenían su particular manera de entender el mundo que los rodeaba. Si, por un lado, España estaba en plena expansión después del descubrimiento de América, lo que llevaba a muchos a tratar de encontrar el oro y la gloria valiéndose de la espada y la cruz, América también descubría a España, sufriendo en carne propia la destrucción de sus milenarias costumbres y la imposición de nuevas formas de vida que le eran ajenas. Así, en el caso de México, a la imposición militar siguió la lucha ideológica, que derribó ídolos y destruyó templos en su afán de desterrar lo que por cientos, y quizá miles de años había predominado en Mesoamérica.
Estas palabras las escribí hace ya varios años y pienso que no han perdido su validez. Después de las peripecias sufridas por ambos bandos llegaba el momento del enfrentamiento final. Cortés representaba para muchos grupos indígenas la posibilidad de liberarse del yugo azteca, que les imponía un tributo periódico en materias primas o en mano de obra, o en ambas. Los españoles se habían allegado así fuerzas guerreras de los grupos descontentos.